2do ENCUENTRO DE AUTORES 
EN LA PATAGONIA 2008
en torno al CUENTO infantil y juvenil
Punta Arenas se capacita en fomento lector 
Octubre de 2008, Punta Arenas
en torno al libro y literatura para el perfeccionamiento de la promoción de la lectura


 fines de lucro. Está compuesto por asociaciones y personas de todo el mundo comprometidas con la idea de propiciar el encuentro entre los libros y la infancia.Misión de IBBY
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Así pues, desde este punto de vista, se puede decir que la literatura infantil de estos años no diferencia temas ni géneros literarios o estilos específicos infantiles, sino simplemente, puntos de vista narrativos, que suelen ser dos fundamentales: el fantástico y el realista. Desde la fantasía pretende desarrollar la imaginación infantil para que, con el distanciamiento que proporciona el género, se pueda entender mejor la cotidianidad o fantasear sobre ella. A esta tendencia pertenecerían los cuentos de hadas, los relatos fantásticos, la ciencia ficción y la mayoría de los cuentos tradicionales. La tendencia realista es la más diversificada por la gran variedad de situaciones y tratamientos que encierra. El realismo acerca el mundo de una manera literaria, es decir, artística, y, por lo tanto, universal, a unos lectores que tendrán que utilizar su imaginación para captar situaciones nuevas, vivirlas y aprender de ellas, gozando con lágrimas o risas. En esta tendencia se incluyen las novelas de aventuras, históricas, de viajes, de la vida cotidiana, novelas que tratan graves conflictos —incluso violentos— en cualquier ámbito y circunstancia (la familia y la escuela, la crisis emocional y vital, las minusvalías psíquicas y físicas, el hambre, la guerra, etc.) con héroes y antihéroes, y hasta con personajes y situaciones idealizadas o humorísticas.
A principios de siglo, en Inglaterra, se publicaron tres libros interesantes: El viento en los sauces (1908), de Kenneth Grahame, es un espléndido libro sobre la naturaleza, que describe la vida de algunos animales a la orilla de un río; Winnie, the Pooh (Winnie de Puh, 1927), de A. A. Milne, que trata la relación tradicional entre un niño y su osito de felpa de una forma ingeniosa y llena de sensibilidad; y El doctor Dolittle y sus animales, de Hugh Lofting, una serie protagonizada por un doctor que cura a los animales mientras vive las más disparatadas y emocionantes aventuras. 
Algunos libros significaron un punto de referencia fundamental, tanto para los niños como para los adultos, como El principito (1943), de Antoine de Saint-Exupéry, el piloto francés que murió en acción durante la II Guerra Mundial y que supo crear un personaje fascinante y poético, así como Marcelino Pan y Vino (1952), del escritor español José María Sánchez Silva, un cuento de raíces religiosas y características muy españolas, que se tradujo a muchas lenguas. Su autor mereció el Premio Andersen en 1968. Este premio, 
considerado como el Nobel de la literatura infantil, se creó en 1956 y supone un reconocimiento mundial para escritores e ilustradores.

obras en su haber, entre las que destaca su novela Konrad, o el niño que salió de una lata de conservas (1977).
Las lecturas escolares dejan paso a los libros de ocio, principalmente a las series. El ejemplo más destacable, es, sin duda, la obra de la escritora británica J.K. Rowling, autora de la serie de Harry Potter, convertida en best seller desde la publicación de su primer título, Harry Potter y la piedra filosofal, en 1997. En el total de siete libros que componen la serie se narran las aventuras de un niño mago y de sus amigos del colegio de magia y hechicería Hogwarts. Los libros han sido traducidos a más de sesenta idiomas, y las versiones cinematográficas que se han realizado han colaborado a su enorme éxito mundial. Muchos críticos y educadores consideran que uno de los mayores valores de la autora ha sido la de incitar a la lectura a los más jóvenes.
En un mundo dominado por los medios audiovisuales, en estos años se produce también un auge del álbum ilustrado: la creatividad de los ilustradores se une a textos de gran contenido, presentados en ediciones sumamente cuidadas y con formatos innovadores; es el caso de las obras de Rébecca Dautremer, como Princesas olvidadas o desconocidas (2004). En relación con esta idea visual, los libros infantiles se vuelven originales, espectaculares, animados… creados para leer con los cinco sentidos.
rastrearon en los lugares más remotos de sus respectivos países antiguas leyendas que recuperaron para los niños. Así surgieron a principios de este siglo grandes escritores que se convertirían con el paso de los años en clásicos de la literatura infantil.
Hans Christian Andersen fue el gran continuador de la labor de los hermanos Grimm. Sus Cuentos para niños (1835) gozaron de un éxito impresionante, y no dejó, durante toda su vida, de publicar cuentos en los que conjugaba su sensibilidad para tratar los sentimientos de los más variados personajes —La sirenita, El patito feo, El soldadito de plomo, La vendedora de fósforos y tantos otros— con la más alta calidad literaria.
 el padre Coloma (1851-1915) publicó la colección de cuentos para niños Lecturas recreativas (1884); entre ellos se encuentra el famoso Ratón Pérez, que se inspira en la leyenda popular. También escribió una novela histórica muy didáctica e idealizada, dirigida a los niños, Jeromín, sobre la infancia de don Juan de Austria y que supuso una manera nueva de contar la historia con fines claramente didácticos.
La ávida respuesta de los niños a mitos y cuentos de hadas hizo suponer que sus mentes poseían una ilimitada capacidad de imaginación y que podían pasar sin ninguna dificultad de la realidad a la fantasía. Edward Lear, el iniciador del nonsense o literatura del absurdo, fue uno de los primeros autores en apreciarlo. Pero la suprema combinación de fantasía y humor la aportó Lewis Carrol en su Alicia en el país de las maravillas (1865). La popularidad de esta obra se debe a que bajo su fantasía late una profunda percepción psicológica unida a una lógica que sólo un matemático como Carrol, que fuera a la vez un gran escritor, podría utilizar de forma tan atractiva.
mundo mágico poblado de duendes, hadas, fantasmas y brujas, terminó ofreciéndoles una literatura que se beneficia e incluso anticipa los adelantos científicos de la época.

En Alemania se edita en 1658 el Orbis Sensualium Pictus, del monje y pedagogo Comenio. Este libro en imágenes se considera revolucionario dentro de la literatura infantil. Se publicó en cuatro idiomas, latín, alemán, italiano y francés y cada palabra llevaba su correspondiente dibujo. Se trata de un libro de concepción muy moderna que defiende la coeducación y el jardín de infancia.